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Cinema Móvil Presenta: ‘Entrenando a mi papá’

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Un edificante drama familiar en torno a las segundas oportunidades de la vida, con escenario playero y reconocible ambiente futbolístico como marco. Así, sin complicaciones, podemos describir Entrenando a Mí Papá, cuarto largometraje de Walter Doehner. Empero, resulta justo decirlo, por encima del relato formulaico que ya se presagia desde el título mismo, siempre se encuentra su protagonista: Mauricio Islas.

Habiendo interpretado a un par de geniales personajes barriobajeros (ese novio machista y golpeador en el panfleto anti-abortista Punto y Aparte, y aquel ex-delincuente de poca monta obligado por las circunstancias a regresar a los submundos criminales en la tragedia tepiteña Don de Dios); en esta ocasión Islas encarna con eficacia a un legendario portero quien después de probar la gloria europea y recibir los reflectores de la selección mexicana, se encuentra escondido en su casa de Cancún sumido en la depresión y el alcoholismo al ser el responsable de la muerte de su esposa (Irán Castillo en participación casi imperceptible) dentro de un accidente automovilístico, descuidando así a su hija pre-adolescente (la debutante Sarai Meza).

De esta forma, entre gratuitos y complacientes cameos de famosos futbolistas retirados, secuencias de partidos decisivos con una escandalosa pobreza en su concepción, desvergonzadas escenas que sólo sirven para mostrar las bondades turísticas de la Riviera Maya, y sub-tramas que en definitiva pudieron ser mejor aprovechadas, como aquella de la rivalidad entre la otrora estrella y un cotizado delantero convenientemente de origen argentino, la cual apenas y es sugerida; el actor nuevamente no se limita al notorio cambio físico, sino que experimenta con convincentes gesticulaciones, modulaciones de voz, un atinado lenguaje corporal y hasta visos de comedia (la entrevista alcoholizada, la infausta sesión de penales que delata su debacle, la tímida relación con cierta reportera benefactora que interpreta Jacqueline Bracamontes…). Sí, Entrenando a Mi Papá es un divertimento menor, pero se puede ver cómo, al menos en el cine, Cruz Azul con todo y ayuda arbitral gana desangeladas finales directo para el anecdotario.

Por Alberto Acuña Navarijo para @CinemaMovil_Mx


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